Confianza es llegar a casa y saber que te esperan tus hijos para abrazarte, estar seguro de que haya como haya ido el día, ellos van a estar ahí cuando vuelvas y van a salir corriendo a la puerta como si la persona más importante del mundo acabara de llegar.

Confianza es saber que eres aceptado tal y como eres, es un encuentro, una comida o una reunión en la que no tienes que fingir, sólo ser tú, un grupo de amigos que te celebra tus disparates, y tus obsesiones, y que además no quiere que cambies, y es echar cuenta solo de esa gente, de la gente que te quiere, y que te ve perfecto tal y como eres.

Confianza es no fingir, no fingir nunca, ni siquiera ante los que no son amigos, y mostrarte tal y como eres, porque, cuando así lo haces, a veces ocurre que te corresponden, y el que está contigo también deja de fingir. Confianza es no compararse, no compararse nunca, y sentirse bueno con independencia de cómo sean los demás.

Confianza es jugar un partido y empezar a ganarlo antes de que pite el árbitro, y saber que va a ser difícil, que quizás puedas empezar perdiendo, y que incluso si marcas tú primero el rival te va a acabar exigiendo el máximo, lo mejor de ti, pero convencido hasta el tuétano de que al final la victoria será tuya e inapelable.

Confianza es respetar al rival antes y después de ganarlo, viéndolo como el cooperador necesario para tu victoria, y es sentirte vencedor también en las derrotas, sobre todo si en la derrota ha habido emoción, ha habido lucha, ha habido pasión, porque entonces la derrota no es fracaso, sino heroísmo, una pieza épica, y tendrían que hacer una película de ella.

Confianza es ver el heroísmo de las derrotas y el lado bueno de todas las cosas, y también de las personas, y sobre todo de ti, confianza es fijarte en las virtudes de los demás, y no en sus defectos, concentrarte en lo que te gusta, porque lo que no te gusta no tiene remedio.

Confianza es mirarte al espejo y gustarte, y cambiar lo que te gusta menos y puedes cambiarlo, y lo que no puedas, verlo como una singularidad, como lo que te hace diferente, es aceptarte como te aceptan tus amigos, y tu familia, y, más que aceptarte, ponerte un monumento, porque no hay nadie como tú, y además literalmente es así, no hay nadie como tú.

Confianza es perderle el miedo a lo que te hace distinto, y también a lo que te hace igual a los demás, y es perderle el miedo a la vida, y perderte el miedo a ti, y a tu capacidad de desenvolverte en ella y tirar hacia delante.

Confianza es ver lo desconocido como una oportunidad, explorar la incertidumbre y hacerlo con la tranquilidad de que no te vas a caer, ni los que te rodean van a dejar que te caigas si tienen ocasión de evitarlo.

Confianza es la red que está debajo del alambre de la incertidumbre, y lo que hace a la incertidumbre no sólo soportable, sino fascinante, un reto, lo mejor que te puede pasar en la vida.

Confianza es emprender porque el riesgo no te amilana, sino que hace crecer, y conocer más de ti, y quererte y gustarte cada día más, emprender porque no hay nadie como tú, ni literal ni tampoco metafóricamente. La confianza es la autoestima del emprendimiento, su única seguridad, pero con ella te sobra y te basta.